Una sesión de comunión no solo es un recuerdo del traje o el peinado. Es una forma de congelar la esencia de lo que es ahora, antes de que cambie.
Quiero ayudarte a guardarlo, con fotos naturales, emotivas y llenas de luz. Como ellos.
Lo ideal es reservar al menos con 6 semanas de margen respecto al día de la Comunión. Así aseguramos tiempo para cambios o imprevistos.
Solo necesitas dejar una señal para reservar tu fecha. A partir de ahí comenzamos a planear los detalles juntas.
Te enviaré mi guía con ideas de vestuario y resolveré cualquier duda que tengas. Cuanto más clara tengas tu idea, mejor podré adaptarla.
Tú solo ven con ilusión. Yo me encargo del resto.
Crearemos un reportaje bonito, real y lleno de emoción.
Podemos hacer la sesión unas semanas antes si deseas usar las fotos para el recordatorio, el libro de firmas o detalles del evento.
O, si lo prefieres, después. Sin prisas, sin estrés, con el traje ya estrenado y una actitud más relajada. ¡Tú eliges!